Contamos los minutos para la llegada del verano. Pero el sol no si enta igual de bien a todos los tipos de piel. Algunas alteraciones dermatológicas, como las rosáceas, el acné o los melasmas, pueden empeorar durante el período estival. Si tienes la piel sensible o reactiva, los consejos de hoy van especialmente para ti.

Rosácea

Se trata de una enfermedad inflamatoria que se manifiesta en el rostro con enrojecimiento, pápulas, pústulas, ardor y tirantez de la piel. Una exposición intensa al sol, las altas temperaturas y el aumento de la actividad física pueden desencadenar brotes de rosácea.

Cómo evitar:

Acné

El sol estimula las glándulas sebáceas que se activan con el calor. Por eso, incluso personas que no suelen tener acné pueden sufrir con el problema durante el verano.

Cómo evitar:

Melasma

Producido por un aumento de la concentración de melanina en la piel, el melasma empeora con la exposición al sol. Las manchas suelen aparecer en las mejillas, frente y labio superior.

Cómo evitar:

Quemaduras solares

La exposición prolongada a los rayos ultravioleta es la causa de las quemaduras solares, cuyos síntomas principales son enrojecimiento de la piel, tirantez, picor y hasta fiebre en casos más graves.

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